domingo, 1 de marzo de 2015

El camino hacia la revolución


El momento actual en el país se caracteriza  por la ausencia de oposición política de derecha y de izquierda, entendiendo por oposición política no a un puñado, grande o pequeño, de personas que aspiran sustituir a los actuales gobernantes, sino fuerzas organizadas con propuestas alternativas a lo que se está haciendo actualmente.

Como consecuencia de esa ausencia de oposición política el oficialismo está solo en la cancha, y por tanto, seguirán en el corto plazo gobernando esta sociedad, pues las masas han comprendido perfectamente que no hay diferencia entre los que están y los que aspiran a llegar.
En el caso hipotético e improbable de que esa masa abigarrada hambrienta de poder que aspira a sustituir al oficialismo lograra deponer las ambiciones individuales y/o grupales, lo harían aún peor que los actuales gobernantes (véase historia reciente, gestiones municipales y la UASD, como muestras).

En el mejor de los casos, si se produjera un milagro y se articulara una opción alternativa a los partidos tradicionales (PLD, PRD, PRM, PRSC), se lograría una réplica de la Venezuela bolivariana, con su boliburguesía versión dominicana y cambios en lo jurídico-político como en la misma Venezuela, Bolivia, Ecuador, pero dejando intacta la infraestructura (la economía), que es donde se genera la desigualdad y la explotación.

Siendo así, quienes aspiramos a transformaciones estructurales habríamos arado en el mar, empujando a las masas explotadas y oprimidas a nuevas frustraciones que alejarían aún más las posibilidades de organizarlas en torno a un proyecto realmente revolucionario, con lo cual, habríamos trabajo en contra de nuestros objetivos estratégicos.

Ante un panorama semejante, lo único revolucionario que puede hacerse, es enfocarnos en la ardua tarea de comenzar de cero a organizar un núcleo revolucionario compuesto por personas de la clase revolucionaria, que sirva de huesos donde ir aglutinando a los explotados y oprimidos para construir una organización política revolucionaria que articule, entonces sí, a todos los sectores explotados y oprimidos y los descontentos con el sistema y/o con el gobierno de turno, pero bajo la dirección ideológica y orgánica de la clase revolucionaria, para trabajar en sustituir la sociedad burguesa por una sociedad socialista.

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