La pregunta
que encabeza este escrito es de vital
importancia para quienes aspiramos a la transformación revolucionaria en
la República Dominicana, pues de la respuesta afirmativa o negativa se
desprenden muchas consecuencias.
La
transformación revolucionaria de una sociedad históricamente determinada,
implica la superación del modo de producción
imperante y la instauración de
otro que responda a los intereses estratégicos de la clase revolucionaria en
esa sociedad.
El
socialismo científico, también conocido como marxismo, tiene como su columna
vertebral al proletariado, es decir, a
la clase social que vende su fuerza de trabajo a cambio de un salario, esto así
porque en la sociedad capitalista basada en la
explotación
de mano de obra asalariada, es ésta la clase revolucionaria, no por una
selección antojadiza de los pioneros del Materialismo Histórico, sino porque
esta clase posee cualidades propias de su práctica cotidiana y de su misma
condición, tales como disciplina, capacidad de planificación, trabajo
colectivo, entre otras, que la hacen la clase idónea para la dirección de una
sociedad que tenga como eje de su funcionamiento estas prácticas, además de ser
la única clase social que sólo puede acabar con su propia explotación aboliendo
todo tipo de explotación y opresión.
Si el
proletariado, por las razones antes mencionadas, ha de ser la clase dirigente y
columna vertebral de la sociedad socialista, y esta clase es inexistente en una
sociedad determinada, entonces ello implicaría la imposibilidad práctica de la
construcción del socialismo en esa sociedad históricamente determinada.
En la República Dominicana hay organizaciones políticas y dirigentes de izquierda, que dicen tener
como meta la revolución socialista, pero a la vez declaran que en el país no
existe el proletariado. Esas mismas organizaciones y dirigentes no titubean en
decir que vivimos en una sociedad capitalista, la cual no puede existir sin la
explotación de mano de obra asalariada, pues es la esencia de su
funcionamiento.
Si el capitalismo no existe sino a condición de que
exista explotación de mano de obra asalariada, su misma existencia implica la
del proletariado, por lo tanto, incurre en una gran contradicción quien a la
vez que reconoce la existencia del uno, niega la existencia del otro.
De esa contradicción tan común en la izquierda dominicana
de hoy, surgen muchas prácticas y teorías equivocadas y contrarrevolucionarias,
ya sean éstas conscientes o inconscientes.
Volveremos sobre el tema en la próxima edición de La
chispa.
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