miércoles, 30 de abril de 2014

Método, ideología y tarea política en el embrollo de las izquierdas

Treinta años después, la izquierda dominicana sigue profundizando el reflujo político por no poder diseñar correctamente ni la estrategia ni la táctica ni las consignas políticas en las coyunturas, por no tener una práctica política revolucionaria al momento de enfrentar al enemigo; los métodos unilaterales han seguido un procedimiento que no contribuyen a organizar la lucha política de masas; la irracional dispersión orgánica no permite ser un referente político; no ha habido autocrítica. Ha predominado una dirección política con la ideología de la clase media y la pequeña burguesía,  sectores que no tienen claridad política de clase, para diferenciar las posiciones ideológicas sostenidas por sectores de las izquierdas.

Quienes sostienen posiciones de derecha y los ultraizquierdistas de palabra, han trabajado especialmente (1)  lo electoral; (2) otros, huelgas que aíslan e impiden a las masas aplicar las
acciones creativas-revolucionarias. En la actualidad, a las izquierdas les abruma y les desorientan los viejos métodos que han aplicado, propio del carácter de clase de la clase media y de la pequeña burguesía, infantilmente, hay quienes están condicionados, dándose la tarea de ganar las próximas votaciones electorales del 2016, por tal razón, están entrampados con una línea política que tiene como eje central, un accionar político unilateral, el venidero proceso electoral.
  

El centrismo político y el ultra izquierdismo se coquetean con el oportunismo, “…que las izquierdas asistamos unitariamente a las elecciones venideras”, otros dicen, “…quisiera yo…ver la izquierda dominicana manejarse con tanta madurez como ha sabido hacerlo la izquierda salvadoreña”, se quiere hacer ver, que

hemos tenido procesos políticos idénticos, otro sector, reconoce la “notoria debilidad y baja incidencia”, a pesar de esto, tienen “la tarea de ganar las elecciones” del 2016, diga alguien, si esta cháchara no es puro idealismo filosófico.

En los últimos cuarenta y ocho años, el proceso político nos indica, que las izquierdas han priorizado la lucha política, teniendo como blanco principal al presidente de turno; realizando análisis anticientíficos, como el antibalaguerismo; antiguzmancismo; antijorgeblanquismo; antihipolitismo; antileonelismo y antidanilismo, degenerando, la concepción dialéctica de las contradicciones de clases producida entre el bloque explotador y el bloque explotado, y no, entre pueblo-gobierno como sustentan grupos desarmados de la ideología socialista.


   De tal suerte, que hay sectores de las izquierdas, renegando la lucha de clases al separar el pensamiento marxista revolucionario y la meta socialista del sector más avanzado de la clase trabajadora, lo que lleva a cierto orientador internacional, decir, que el pueblo “ni sabe lo que es el socialismo”, señalando que esto debe ser tarea “en el marco de una sociedad futura, socialista”. Si la clase obrera no asume la tarea revolucionaria de construir su partido ni se organiza como clase, les será casi imposible, elevar su nivel político ideológico, para desarrollar una lucha consciente de clases. Lenin termina diciendo que, “ninguna clase ha logrado en la historia instaurar su dominio si no ha promovido a sus propios jefes políticos, a sus representantes de vanguardia, capaces de organizar el movimiento y dirigirlo”. Por esto, no basta proclamar la unión del socialismo y la clase obrera de manera teórica, se precisa producir la unión de la clase obrera con el socialismo en el día día.

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