Tal y como
lo refleja la imagen de portada, la izquierda dominicana, cual Sísifo, está
condenada ha desgastarse en esfuerzos inútiles desde el punto de vista político,
pues no se reflejan en un crecimiento y fortalecimiento de esta corriente, en
general, ni de sus organizaciones, en particular, esto así porque vive de coyuntura en coyuntura, sin un
programa y visión estratégicos.
En el momento
actual, una parte se encuentra embriagada por una prematura y febril actividad
proselitista de cara a un proceso electoral que tendrá lugar en casi dos años, lo cual la lleva a descuidar y
despreciar cualquier otro tema o esfuerzo organizativo que no vaya en el camino
de lo electoral.
La otra
parte, ha quemado las naves en la lucha ecologista, específicamente en la
defensa de Loma Miranda y el reclamo porque sea convertido en parque nacional,
concentrando todos sus esfuerzos y escasos recursos humanos y materiales, al
servicio de esa lucha coyuntural y sectorial.
Ninguna de
esas áreas de la lucha política y social debe serle indiferente a las mujeres
y hombres que luchamos por cambios estructurales para nuestra sociedad, pero
hacer de cualquiera de ellas el eje exclusivo de la actividad de una
organización que se considere revolucionaria, es equivocado, sobre todo cuando
no se hace con un plan de organizar a la clase explotada y a los sectores
oprimidos, pues se sale de esas coyunturas tal y como se entró a ellas, sin
aumentar la militancia y sin fortalecer la corriente de izquierda, al
contrario, cada fracaso se refleja en el reflujo y frustración de la escasa
militancia.
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