jueves, 1 de enero de 2015

La esquina de la cultura

Trago, poema de Manuel del Cabral


Me cabe el cañaveral
en cuatro dedos de ron.
Poco paga el gringo ya
por este millón de cañas
que el negro sembró y cortó.
Mas no me trago este trago
porque es trago de sudor.
Aquí el borracho es marino,
pero si se pone a andar
se ve que es de tierra el mar.
La ola suelta de un trago
aquí siempre es de huracán...
Mas si aquello va al hocico
con el instinto del cacho,
es que el ron siempre al borracho
le quema primero el pico.
Y por el pico esta vez
no es mi tufo el que echaré:
le voy a tirar al rico
desde aquí toda mi sed.
Cantando tal vez no pueda
meter algodón por seda...
Mas como quiero cantar
bien claro, me voy a echar
todo el Caribe en un trago.
Y este viaje yo no pago
si ya el viajero es el mar.
Y mataré con mi boca
lo que con balas no mato.
Si un hombre cuerdo es barato
que se me baje a los pies
el trago que no me achata,
que calientes de bachata
con mis pies quiero esta vez
un idioma hablar que diga
que el ron no está en mi barriga,
que bajo este sol mulato
el ron está en mis zapatos,
pero que también sin fiesta,
si está el gringo, se me junta
el ron en aquella punta
con la que mi potro vuela,
porque ante el gringo borracho
se me emborracha la espuela...
Es que poco o mucho ya
me saco lo mío hoy;
me lo saco, porque el mar,
aunque se pone a golpear
puertos que de aquí no son,
siempre con mañas de ron
¡qué criollo camina el mar!
Me saco este grito hoy,
me saco este hueso ya:
que como en olas van rumbas
nunca será gringo el mar.
Pero como el negro suelta
agua-triste como yo.
Mientras el gringo en el bar
duerme su siesta de ron.
Este trago no me trago 
porque es trago de sudor.

                                                   HUMOR


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