sábado, 31 de enero de 2015

Los Núcleos Marxistas y el Programa socialista

Colaboración de Gabriel Emilio Bonilla-García


La construcción del Partido revolucionario de los trabajadores es una tarea inmensa. Pero hay que darle forma aún dentro de lo limitado de los números de quienes nos agrupamos alrededor de las ideas Marxistas revolucionarias: lo cual hacemos, por la construcción del socialismo en la Tierra.

Una Organización socialista defiende su trabajo político mediante la adopción de un programa Socialista. No obstante, y en instancia, un Programa no es un simple pliego de propuestas concebidas para la toma de medidas económicas, y mucho menos es un listado de conjunto de promesas de solución a los males que afectan “al pueblo” y que supuestamente serían llevadas a cabo cuando ‘hayamos’ alcanzado el poder del Estado.

El Programa es en esencia, la exposición del carácter de la política y del objetivo principal del Partido; por cuanto el Programa refleja su disciplina, su compromiso y orientación de clase, su perspectiva universal en un todo. El Programa emana del estudio de las condiciones históricas, económicas, sociales, y políticas de cada país o del país en donde se aplicarían las concepciones concebidas y esbozadas en dicho programa. El análisis teórico de esas condiciones conduce a ver en perspectiva los cambios que constantemente sufren esas condiciones, su evolución, sus zigzags, etcétera.

La teoría es la ciencia de las perspectivas y el Programa es un derivado de las perspectivas teóricas del análisis de las condiciones existentes en un determinado período y viceversa. (Ante la perspectiva revolucionaria existente, independientemente de las condiciones subjetivas, debemos expresar abiertamente nuestras ideas sobre la organización socialista de la economía, la política económica y las raíces de las condiciones en que viven los trabajadores dentro del desorden mundial del capitalismo, como impulso a la creación del factor objetivo).

La cuestión organizacional: Partido con independencia de clase

Ante la perspectiva de convertir al Partido, herramienta de lucha de clases, en el instrumento de lucha de las masas proletarias, todos nuestros núcleos deberán cohesionarse alrededor de una política interna que funcione sobre las bases del carácter centralista democrático organizativo, método tradicional en el movimiento comunista. Es decir: adoptar un programa político para la administración centralizada de la política del Partido.
Un Programa organizativo sugiere que el Partido elabore su Plan general de manera democrática y centralizada. Un Programa de organización centralista, no fomenta, sin embargo, la mera existencia de una secta, sino que exige además la apertura de todo el Partido hacia las masas de trabajadores con el fin de reclutar a los mejores obreros, especialmente a los jóvenes y estudiantes: educarlos sobre las ideas del marxismo, sobre lo que son las luchas de clases, los diferentes intereses de cada clase social y sus estratos sociales; educarlos sobre la existencia del Estado y la necesidad de la clase dominante de gobernar a través de su Estado.
Usando estos elementos en la cotidianeidad de la organización podríamos ir construyéndola mediante la formación de los cuadros militantes en su seno y ayudar a impulsar a la construcción del factor objetivo mediante la intervención política en todos los destacamentos de lucha de clases que surgen espontáneamente independientemente de las condiciones subjetivas de cada momento.
Los núcleos revolucionarios hoy existentes, tendrán muchas dificultades al momento de administrar la política y cumplir sustancialmente con sus tareas inmediatas, prioritarias, sin la ayuda del elemento de cohesión organizativa. ¡La cuestión organizacional juega un papel de enorme importancia y de relevante resultados!

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