domingo, 1 de marzo de 2015

La esquina de la cultura

Los comunistas, poema de Pablo Neruda


Han pasado unos cuantos años 
desde que ingresé al partido,
estoy contento,
los comunistas
hacen una buena familia,
tienen el pellejo curtido y el corazón templado,
por todas partes reciben palos,
palos exclusivos para ellos.
Vivan los espiritistas, los monarquistas, los criminales,
viva la filosofía, viva la pornografía,
viva todo el mundo,
menos los comunistas...
Vivan los conservadores que no se lavan los pies
ideológicos desde hace quinientos años.
Todo está bien,
todos son heroicos.
Todos los periódicos deben salir,
todos pueden publicarse, menos los comunistas...
Viva el carnaval, los últimos días del carnaval.
Hay disfraces para todos,
disfraces de idealista cristiano, 

disfraces de extremo izquierda,
disfraces de damas benéficas y de matronas caritativas,
pero, cuidado, no dejen entrar a los comunistas.
Cierren bien la puerta,
no se vayan a equivocar.
No Tienen derecho a nada.
Tenemos libertad ¡Qué grande es la liberta!
Ellos no la Respetan, no la conocen.
Así han pasado los últimos años,
pasó el jazz, llegó el soul, naufragamos en los postulados de la
pintura abstracta, nos estremeció y nos mató la guerra.
En este lado todo quedaba igual 
¿O no quedaba Igual?
Después de tantos discursos sobre el espíritu y de tantos palos en la cabeza, algo andaba mal,
muy mal... Los cálculos habían fallado. 
Los pueblos se organizaban.
Seguían las guerrillas y las huelgas. 
Muchos hombres y mujeres cantaban la Internacional. Qué raro, qué desconsolador,
ahora la cantaban en chino, 
en búlgaro, en español de América.
Hay que Tomar urgentes medidas,
hay que proscribirlo, hay que hablar más del espíritu,
exaltar más el mundo
libre. Hay que dar más palos,
hay que dar más dólares. Esto no puede continuar.
No ven cómo bajan nuestras acciones en la bolsa.
Mientras tanto trepan los hombres por el sistema solar.
quedan huellas de zapatos en la luna.
Todo lucha por cambiar, menos los viejos sistemas.
La vida de los viejos sistemas nació de inmensas
telarañas medioevales.
telarañas más duras que los hierros de la maquinaria.
Sin embargo, hay gente
que cree en un cambio, que ha practicado el cambio, que ha hecho triunfar el cambio, 
que ha florecido el cambio.
¡Caramba!
¡La primavera es inexorable! 

                                                      HUMOR


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