Este
tema es de capital importancia para la compresión de nuestra realidad y la lucha por la transformación revolucionaria
de la misma, pues es el enfrentamiento entre las personas que ocupan diferentes
posiciones frente a los medios de producción, esto es, entre las personas que
pertenecen a las distintas clases sociales en una sociedad históricamente
determinada, lo que genera y motoriza las transformaciones en la forma de organización social que se dan
los grupos humanos a través de la historia, éstas a su vez, son generadas por
la evolución de las fuerzas productivas, de los instrumentos, maquinarias y
técnicas que se utilizan en la producción de los bienes materiales para
satisfacer las necesidades humanas.
Para
comprender la sociedad dominicana actual con el fin de transformarla, es
imprescindible estudiar y entender el proceso evolutivo del cual es el
producto, vale decir, es necesario conocer nuestra historia, y la nuestra, como
toda historia, es la historia de la lucha entre las diferentes clases que han
existido en el espacio que hoy se conoce como la República Dominicana o la isla
de Santo Domingo.
La
historia escrita en nuestra isla comienza con la llegada de los europeos, quienes
habían desarrollado la escritura, a diferencia de los aborígenes de nuestra
isla que aún no habían sistematizado la misma. Esto no quiere decir que no
hubiese acontecimientos y transformaciones dignas de ser estudiadas, sino que
no fue posible su documentación.
Por
los conocimientos arqueológicos y las impresiones documentadas por los primeros
europeos que entraron en contacto con nuestros aborígenes, se puede concluir
que su economía era prácticamente de subsistencia y que se caracterizada
por un bajo desarrollo de las fuerzas productivas, generando, por tanto, un
escaso sobre producto social, lo que explica la ausencia de lucha de clases
entre ellos, puesto que ésta no es más
que la pugna entre los integrantes de una sociedad históricamente determinada
por apoderarse del sobre producto social y los medios para obtenerlo.
El
primer enfrentamiento de clases de importancia que registra la historia de esta
isla, no se da, curiosamente, entre colonizadores españoles y aborígenes, sino
entre colonizadores españoles que ocupaban papeles distintos frente a los
medios de producción, vale decir, entre europeos de clases sociales distintas.
Este primer enfrentamiento de clases es lo que se conoce como La rebelión de
Roldán de 1497, que fue un levantamiento armado de los sirvientes y colonos
españoles contra el monopolio de la corona y la familia Colón, del más
importante medio de producción en esa época: la tierra, y sobre la mano de obra
explotable para arrancarle a la tierra su riqueza, en ese caso, el oro.
La
demanda central de ese enfrentamiento de clases fue que se facilitara a los
colonos españoles explotar mano de obra aborigen para recolectar oro y en
labores agropecuarias. La consecuencia de esa demanda fue lo que se conoce como la
Encomienda, una tropicalización de las relaciones feudales de explotación
existentes en Europa en aquellos tiempos, lo cual trastocó toda la organización
social existente en la isla, transformando a los aborígenes de súbditos libres
de la corona que tributaban, a siervos de los colonos asentados en la misma,
desatando con ello, la lucha de clases entre aborígenes y colonizadores, entre
encomenderos y encomendados.
Continuaremos
en la próxima edición de La chispa.
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