jueves, 1 de octubre de 2015

El valor de la vida de un obrero

Semanas atrás fueron ingresados a un centro de salud del distrito municipal de Sabana Iglesia, 27 obreros que trabajaban en la limpieza de dos túneles de la  presa hidroeléctrica Taveras-Bao debido a una intoxicación que les produjo la enfermedad llamada histoplasmosis, la cual es causada por unos hongos que producen los murciélagos y que estaban adheridos a las paredes de los túneles.

 De los 27 obreros afectados, ya han muerto 3, y según informes, otros dos se encuentran en estado de coma y se espera lo peor. Tan lamentable situación nos lleva a preguntarnos: ¿Por qué no se tomaron las medidas de precaución necesarias? ¿Quién responde por la muerte de estas personas? ¿Cuánto vale la vida de un obrero en la sociedad capitalista?

 No es un secreto para nadie que bajo el modelo económico imperante, los obreros se ven obligados a vender su fuerza de trabajo a un precio muy por debajo de su valor real y a trabajar en condiciones deplorables, como sucedió con estos obreros  que ponen  en riesgo sus vidas. Esta situación no es propia de este país o contexto actual, es una dinámica propia  del capitalismo que con su evolución y desarrollo va mermando la calidad de vida de los obreros.

 Como era de esperarse, ninguna de las organizaciones y sindicatos de nuestro país se ha expresado en relación a la muerte de estos obreros. La clase trabajadora se encuentra en estado de orfandad, sin organización ni fuerza para defenderse frente a las embestidas de la burguesía en colaboración con el Estado y exigir el cumplimiento de sus reivindicaciones, y es que, como ya hemos señalado en artículos anteriores, no existen organizaciones realmente clasistas que aglutinen a los trabajadores en torno a la lucha de clases y que velen por sus intereses colectivos.

 Por  tanto, volvemos a señalar la necesidad de crear organizaciones de trabajadores que tengan por agenda, no solo preservar las conquistas que con sangre y sudor a través de los años se han conseguido, sino también luchar por un mejor salario, por la reducción de la jornada laboral, por las pensiones, así como la estimulación de la tan necesitada solidaridad obrera, para  que situaciones como estas no pasen desapercibidas, y que la muerte de un obrero en su trabajo no sea un simple titular de periódicos.

 La muerte de estos hermanos de clase no puede pasar por alto, deben ser recordados dentro del movimiento obrero y  ser un motorizador para la organización y lucha contra la burguesía y el Estado: verdugos de la clase trabajadora que tienen siglos asesinando obreros sin rubor alguno y que continuarán haciéndolo hasta tanto la clase obrera no tome conciencia de su fuerza y su papel histórico como liberadora de sí misma y de la humanidad en general.

 Estas muertes deben ser despertar la conciencia de clase del proletariado en nuestro país, en ellas deben los trabajares reflejarse y darse cuenta que bajo el yugo del sistema imperante sus condiciones de vida están condenadas a un empeoramiento progresivo. Debemos siempre tener en mente que en el capitalismo no tenemos el valor de un ser humano sino de una mercancía como cualquier otra. 

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