La producción material, que es la base
de toda economía pues sin producción no hay nada que distribuir ni
intercambiar, tiene su origen en la necesidad humana de satisfacer sus
necesidades, principalmente las materiales.
El ser humano, fruto de su capacidad
de aprender de las experiencias y el desarrollo del lenguaje, ha logrado poner
a su servicio a la naturaleza, transformándola para un mejor aprovechamiento en
la satisfacción de sus necesidades
El origen y razón de ser, pues, de la
economía es la satisfacción de las necesidades humanas. Sin embargo, con el
transcurrir de los siglos es la humanidad la que está sometida a la economía y
no ésta a la humanidad.
Si echamos un ojo a la historia de
nuestro pueblo, encontraremos que antes de la llegada de los europeos a nuestra
isla, la economía está puesta al servicio de la satisfacción de las necesidades
de la gente: lo poco que se producía era para satisfacer las necesidades de la
misma gente que producía o de sus familiares.
A partir de la colonización de esta
isla por los europeos la economía fue puesta al servicio de las necesidades de
Europa: el oro que se buscaba en las vetas de los ríos y el azúcar que se
producía en los ingenios, era para satisfacer necesidades en Europa.
Desde entonces las
energías físicas y mentales de los habitantes de esta isla han estado
destinadas, principalmente, a satisfacer necesidades externas. Siempre esas
necesidades de otros pueblos han marcado la pauta a nuestra economía y con ello
a nuestra historia.
De producir oro y
azúcar para los españoles pasamos a producir cueros para otros países europeos
y luego para Haití; más tarde producíamos madera, café, cacao y tabaco para
Europa; luego volvimos a ser un gran ingenio azucarero que producía azúcar para
EE.UU, y así hasta el día de hoy en que somos sólo fuente de mano de obra
barata para producir bienes y servicios para los países capitalistas dominantes.
Toda nuestra historia
está marcada por rol de suplidores de lo que sea para otros, mientras
descuidamos la producción de las cosas que necesita la gente que habita estas
tierras para la satisfacción de sus necesidades más elementales.
Es necesario que las
energías físicas y mentales de la gente que habita estas tierras sean dirigidas
a la producción, principalmente, de los
bienes materiales materiales necesarios para satisfacer las necesidades materiales
básicas. Nuestras tierras son aptas para producir casi todo aquello que constituye
la dieta básica quienes habitamos esta
media isla, no hay razón objetiva para que haya hambre y necesidades aquí.
Hace falta un enfoque
de la economía que vuelva a poner la producción al servicio, principalmente, de las necesidades nuestras y no las del
exterior.
Que nuestras energías
físicas y mentales y nuestras capacidades se vuelquen a producir aquellas cosas
que necesitamos antes que las que necesitan otros pueblos del mundo.
Que la economía
vuelva a estar al servicio de la gente y no la gente al servicio de la
economía, o de quienes, teniendo el control de los medios de producción, ponen
a la mayoría de la sociedad a trabajar como un simple pieza del engranaje que
les permite mantener sus escandalosos privilegios.
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