martes, 2 de agosto de 2016

Oposición política versus oposición sistémica


En República Dominicana y en la mayoría de países de la América Latina en las últimas décadas, la política se caracteriza por una simple disputa por el control de la administración del Estado vigente sin cuestionar las estructuras de la actual organización social, pero no superarla.

En el caso específico de la República Dominicana, la oposición, tanto de derecha como la de izquierda, busca la simple alternancia en la administración del Estado, y, a lo sumo, hacerle algunas reformas a las actuales estructuras que posibiliten su permanencia.  Es decir, la oposición en República Dominicana se reduce a simple oposición política.

La oposición política no es en sí oposición, sino rivalidad entre bandos que se disputan el control de las instituciones del Estado vigente, y con ello, el control del erario.

Una verdadera oposición tiene que plantear una alternativa a la actual organización social fundamentada en la opresión y explotación, para que ello implique verdaderos cambios en las clases y sectores que las padecen.

La gente común percibe que no hay mayor diferencia entre los diferentes bandos que hacen oposición política, lo cual se traduce en indiferencia y en el buscar provecho individual cuando participan en algún evento de carácter político.

Ello explica el éxito masivo de la política clientelar y de prácticas como el transfuguismo, la venta del voto y la exigencia de dieta y viáticos para participar en cualquier actividad.


Para que las masas se motiven a participar en la política de forma activa, militante y altruista, tienen que reconocer esas condiciones en el liderazgo político y  ver con toda claridad que la misma se orienta a la búsqueda de materializar transformaciones que en verdad impacten en la calidad de vida de la gente y que representen, no sólo un cambio, sino un avance con referencia al actual sistema de organización social.

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