sábado, 3 de septiembre de 2016

Coyuntura política ¿Qué hacer?


Pasadas las elecciones y posesionada la nueva administración continuista del oficialismo, éste y los poderes fácticos que controlan la sociedad dominicana siguen solos en la cancha, la oposición política, por su lado, sigue ladrándole a la luna.

El resultado de las pasadas elecciones ha sido una mayor debilidad para la oposición política, generando un desencanto y desesperanza casi generalizado entre sus militantes, evidenciado en las deserciones de algunas personas y en el deseo de emigrar, de muchas otras ante el sombrío panorama que se percibe.

Ese desencanto y desesperanza que cunde en la oposición política son una nueva victoria del oficialismo y los poderes fácticos que siguen dictando a sus anchas la agenda de la sociedad dominicana, poniendo sobre la mesa aquellos temas que avanzan sus intereses estratégicos: con fines de su permanencia en el control del Estado, los unos, y  con el objetivo de mantener y fortalecer el modelo de explotación vigente del que se lucran, los otros.

El oficialismo avanza en su agenda de consolidar su control sobre los organismo del Estado a fin de facilitar su permanencia en el poder sin que se avizore la más mínima posibilidad de que sector alguno pueda impedírselo.

Los poderes fácticos, con sigilo de reptil, van colocando los temas de su agenda que le permitan mantener y expandir su poder económico, a veces abiertamente, otras por medio del chantaje al poder político o [por medio de éste.

Mientras la mayoría de la sociedad permanece ajena a la discusión de los temas que impactarán en su futuro a corto, mediano y largo plazo, o simplemente como espectadores de este circo romano en el la mayoría somos el bocado que se echará a los leones.


¿Qué hacer en la actual coyuntura política?

Para romper al actual cerco político en el que ha sido metida la sociedad dominicana es imprescindible recomponer la oposición, pero no se puede reorganizar y recomponer la oposición con aquellas personas y organizaciones que la han conducido la actual situación de fracasos, debilidad y desencanto.

Nuestra sociedad sólo puede  ponerse de pie y en movimiento desde otros escenarios y con otras actuaciones que se diferencien de las desarrolladas por la oposición hasta ahora.

La oposición que debe ser construida no puede ser una hueca y ruidosa, sino una que actúe con absoluta claridad sobre los intereses y obejetivos de quienes no nos sentimos representados en el actual gobierno ni con el actual ordenamiento social.
Es necesario articular a la gente desde sus intereses de clase, sectoriales, de género, territoriales, etc, para desde ellos articular una oposición nacional y general.

Quienes aspiramos a transformaciones estructurales en nuestra sociedad, debemos acercarnos e involucrarnos en las luchas de los distintos sectores de la sociedad que la cuestionan desde sus perspectivas específicas, y poner de manifiesto en ellas los elementos cuestionantes del sistema y sus vasos comunicantes con las luchas de los demás sectores.

A diario se producen protestas aisladas en diferentes puntos del país, a diarios diferentes sectores chocan con las estructuras vigentes sin que esas protestas y esos choques sean aprovechados para articular y fortalecer la resistencia nacional y general contra la organización social vigente y quienes la sostienen dentro y fuera de las instituciones del Estado.

Esta labor de articulación, educación y radicalización deber ser desarrollada de manera permanente, consciente y paciente por quienes creemos necesario un tipo de sociedad en la mayoría pueda vivir con dignidad y desarrollarse plenamente como seres humanos, no límitándonos a la simple crítica y a la reacción ante el avance de las agendas de quienes nos gobiernan, sino disputándole las mentes de la gente con propuestas audaces y progresistas que los hagan hacernos concesiones o quedar desemascarados en sus objetivos ante las masas.

No hay excusas ni obstáculos que no podamos superar: debemos ir de lo simple a lo complejo, de lo pequeño a lo grande, comenzando por aquello que nos sea más cercano  y fácil; desde lo local en los barrios y pueblos, desde nuestros centros de trabajo o estudio; desde aquellos sectores a los que pertenecemos o con los que nos une alguna relación; promoviendo pequeños espacios, pequeñas resistencias diseminadas en nuestras localidades que puedan converger en una gran articulación nacional que nos ponga en condiciones de disputarle el poder a los poderes fácticos y el oficialismo en el terreno que sea necesario y bajo cualesquiera condiciones que se presenten.

Es tiempo de sembrar, pero en tierra fértil. Es tiempo de una gran unidad, pero de los intereses colectivos y con una agenda colectiva  buena para la mayoría.


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La chispa es el medio de comunicación del Partido Comunista.
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Redacción : Winston Rodríguez      Radhamés Mendoza      Fátima Pumarol      Alfredo García

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