Pasadas las elecciones y
posesionada la nueva administración continuista del oficialismo, éste y los
poderes fácticos que controlan la sociedad dominicana siguen solos en la
cancha, la oposición política, por su lado, sigue ladrándole a la luna.
El resultado de las pasadas
elecciones ha sido una mayor debilidad para la oposición política, generando un
desencanto y desesperanza casi generalizado entre sus militantes, evidenciado en
las deserciones de algunas personas y en el deseo de emigrar, de muchas otras
ante el sombrío panorama que se percibe.
Ese desencanto y
desesperanza que cunde en la oposición política son una nueva victoria del
oficialismo y los poderes fácticos que siguen dictando a sus anchas la agenda
de la sociedad dominicana, poniendo sobre la mesa aquellos temas que avanzan
sus intereses estratégicos: con fines de su permanencia en el control del
Estado, los unos, y con el objetivo de
mantener y fortalecer el modelo de explotación vigente del que se lucran, los
otros.
El oficialismo avanza en su
agenda de consolidar su control sobre los organismo del Estado a fin de
facilitar su permanencia en el poder sin que se avizore la más mínima posibilidad
de que sector alguno pueda impedírselo.
Los poderes fácticos, con
sigilo de reptil, van colocando los temas de su agenda que le permitan mantener y
expandir su poder económico, a veces abiertamente, otras por medio del chantaje
al poder político o [por medio de éste.
¿Qué hacer en la actual coyuntura política?
Nuestra sociedad sólo puede ponerse de pie y en movimiento desde otros
escenarios y con otras actuaciones que se diferencien de las desarrolladas por
la oposición hasta ahora.
La oposición que debe ser construida no
puede ser una hueca y ruidosa, sino una que actúe con absoluta claridad sobre
los intereses y obejetivos de quienes no nos sentimos representados en el actual
gobierno ni con el actual ordenamiento social.
Es necesario articular a la gente desde
sus intereses de clase, sectoriales, de género, territoriales, etc, para desde ellos articular una oposición nacional y general.
Quienes aspiramos a transformaciones
estructurales en nuestra sociedad, debemos acercarnos e involucrarnos en las
luchas de los distintos sectores de la sociedad que la cuestionan desde sus
perspectivas específicas, y poner de manifiesto en ellas los elementos
cuestionantes del sistema y sus vasos comunicantes con las luchas de los demás
sectores.
A diario se producen protestas aisladas
en diferentes puntos del país, a diarios diferentes sectores chocan con las
estructuras vigentes sin que esas protestas y esos choques sean aprovechados
para articular y fortalecer la resistencia nacional y general contra la
organización social vigente y quienes la sostienen dentro y fuera de las
instituciones del Estado.
Esta labor de articulación, educación y
radicalización deber ser desarrollada de manera permanente, consciente y
paciente por quienes creemos necesario un tipo de sociedad en la mayoría pueda
vivir con dignidad y desarrollarse plenamente como seres humanos, no
límitándonos a la simple crítica y a la reacción ante el avance de las agendas
de quienes nos gobiernan, sino disputándole las mentes de la gente con propuestas
audaces y progresistas que los hagan hacernos concesiones o quedar
desemascarados en sus objetivos ante las masas.
No hay excusas ni obstáculos que no
podamos superar: debemos ir de lo simple a lo complejo, de lo pequeño a lo
grande, comenzando por aquello que nos sea más cercano y fácil; desde lo local en los barrios y
pueblos, desde nuestros centros de trabajo o estudio; desde aquellos sectores a
los que pertenecemos o con los que nos une alguna relación; promoviendo
pequeños espacios, pequeñas resistencias diseminadas en nuestras localidades
que puedan converger en una gran articulación nacional que nos ponga en
condiciones de disputarle el poder a los poderes fácticos y el oficialismo en
el terreno que sea necesario y bajo cualesquiera condiciones que se presenten.
Es tiempo de sembrar, pero en tierra
fértil. Es tiempo de una gran unidad, pero de los intereses colectivos y con
una agenda colectiva buena para la
mayoría.
_________________________________________________________________________________________________
La chispa es el medio de comunicación del
Partido Comunista.
Santiago, República Dominicana.
www.lachispard.blogspot.com
Redacción : Winston Rodríguez Radhamés
Mendoza Fátima
Pumarol Alfredo
García
No hay comentarios:
Publicar un comentario