lunes, 1 de junio de 2015

Las clases sociales en República Dominicana (3)

En la edición anterior de La chispa dejamos el tema en como la sublevación del Bahoruco fue el punto culminante de la resistencia aborigen en nuestra isla contra el sistema de la Encomienda, y cómo esa resistencia terminó con la claudicación y traición de Enriquillo.

La etapa final de la lucha de clases entre aborígenes encomendados y colonizadores encomenderos, contó con la participación, en alianza de clases y racial, de pequeños grupos de esclavos africanos, hasta que, éstos, convertidos ya con la implementación del Modo de Producción esclavista, en la clase explotada mayoritaria en la isla, desarrolló sus propias luchas de clase independientemente.

La resistencia de clase de los esclavos africanos comenzó de forma muy similar a la de de los aborígenes contra el sistema de la Encomienda: resistencia pasiva e individual primero, con fugas temporales, para pasar luego a la ofensiva colectiva, convirtiendo la resistencia en guerra de clases.

La primera manifestación importante de esa nueva etapa en la lucha de clases entre esclavos africanos y colonizadores esclavistas, tiene lugar el 25 de diciembre de 1521, en el ingenio de Diego Colón, por varias decenas de alzados pero con intenciones de expandirla por los ingenios vecinos y liberar a los esclavos.

En un principio, los alzamientos de los esclavos buscaban sólo salirse del sistema de explotación esclavista de los ingenios y construir asentamientos donde poder vivir en libertad, por eso se iban a las zonas montañosas de difícil acceso y establecían comunidades autogestionarias que llamaron palenques.

La existencia de esos asentamientos de exesclavos era un desafío al sistema de explotación imperante además de una incitación a emularlos hacia los que continuaban padeciendo la esclavitud.

Las incursiones de los esclavistas a estos asentamientos con la finalidad de recapturar a los alzados y la necesidad de bienes materiales, obligaban a los alzados a salir de sus palenques y  atacar los poblados e ingenios para expropiar bienes y liberar esclavos.

La ferocidad de los esclavos en su guerra de clases fue directamente proporcional al grado de explotación del sistema esclavista y la bestialidad represiva de los esclavistas.

No fue una lucha fácil ni corta: costó muchas vidas y se desarrolló durante algo más de tres siglos, hasta que la revolución triunfó en la parte occidental de la isla el primero de enero de 1804, cuando los antiguos esclavos, habiendo derrotado definitivamente a los esclavistas, proclaman la República de Haití, y se consuma en toda la isla el 9 de febrero de 1844, con la invasión a la parte este de la isla y se impone la abolición de la esclavitud en la isla completa, culminando así el proceso iniciado el 25 de diciembre de 1521.

La Revolución de los esclavos en la isla de Santo Domingo fue la primera lucha de clases triunfante de los explotados contra los explotadores en nuestra isla y el continente, y  uno de los procesos revolucionarios más puros en su composición y contenido que ha vivido la humanidad, pues la clase explotada derrotó absolutamente a la clase explotadora, destruyó sus instituciones y las sustituyó por otras al servicio la clase triunfante, aunque moldeada e influenciada por las ideas de la burguesía emergente en Europa. 

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