En
la edición anterior de La chispa dejamos
el tema en como la sublevación del Bahoruco fue el punto culminante de la
resistencia aborigen en nuestra isla contra el sistema de la Encomienda, y cómo
esa resistencia terminó con la claudicación y traición de Enriquillo.
La
etapa final de la lucha de clases entre aborígenes encomendados y colonizadores
encomenderos, contó con la participación, en alianza de clases y racial, de
pequeños grupos de esclavos africanos, hasta que, éstos, convertidos ya con la
implementación del Modo de Producción esclavista, en la clase explotada
mayoritaria en la isla, desarrolló sus propias luchas de clase
independientemente.
La
resistencia de clase de los esclavos africanos comenzó de forma muy similar a
la de de los aborígenes contra el sistema de la Encomienda: resistencia pasiva
e individual primero, con fugas temporales, para pasar luego a la ofensiva
colectiva, convirtiendo la resistencia en guerra de clases.
La
primera manifestación importante de esa nueva etapa en la lucha de clases entre
esclavos africanos y colonizadores esclavistas, tiene lugar el 25 de diciembre
de 1521, en el ingenio de Diego Colón, por varias decenas de alzados pero con
intenciones de expandirla por los ingenios vecinos y liberar a los esclavos.
En
un principio, los alzamientos de los esclavos buscaban sólo salirse del sistema
de explotación esclavista de los ingenios y construir asentamientos donde poder
vivir en libertad, por eso se iban a las zonas montañosas de difícil acceso y
establecían comunidades autogestionarias que llamaron palenques.
La
existencia de esos asentamientos de exesclavos era un desafío al sistema de
explotación imperante además de una incitación a emularlos hacia los que
continuaban padeciendo la esclavitud.
Las
incursiones de los esclavistas a estos asentamientos con la finalidad de
recapturar a los alzados y la necesidad de bienes materiales, obligaban a los
alzados a salir de sus palenques y
atacar los poblados e ingenios para expropiar bienes y liberar esclavos.
La
ferocidad de los esclavos en su guerra de clases fue directamente proporcional
al grado de explotación del sistema esclavista y la bestialidad represiva de
los esclavistas.
No
fue una lucha fácil ni corta: costó muchas vidas y se desarrolló durante algo
más de tres siglos, hasta que la revolución triunfó en la parte occidental de
la isla el primero de enero de 1804, cuando los antiguos esclavos, habiendo
derrotado definitivamente a los esclavistas, proclaman la República de Haití, y
se consuma en toda la isla el 9 de febrero de 1844, con la invasión a la parte
este de la isla y se impone la abolición de la esclavitud en la isla completa,
culminando así el proceso iniciado el 25 de diciembre de 1521.
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