“No sé lo radical que es usted, ni sé lo radical que soy yo, pero, desde luego, no soy lo suficientemente radical. Uno nunca es lo suficientemente radical, es decir, uno siempre debe ser tan radical como la realidad misma.” V. I Lenín
Es innegable la gran debilidad y dispersión en que nos encontramos quienes luchamos por una transformación revolucionaria de la sociedad dominicana, ello nos obliga a realizar una reflexión lo más objetiva posible para encontrar las causas de esa debilidad y proceder a descontinuar las prácticas y actitudes que nos han llevado a la actual situación, de manera que podamos materializar exitosamente nuestros objetivos.
Mientras reflexionamos sobre las causas de los fracasos anteriores y el porqué de nuestra debilidad actual, debemos preservar y fortalecer los pocos focos de resistencia que aún existen, ejerciendo la solidaridad y acompañamiento incondicional y militante a estos focos de lucha.
Entendiendo que con la actual correlación de fuerzas en la lucha de clases en el país no estamos en condiciones de disputarle el poder a los gobernantes actuales y mucho menos a la burguesía como clase dominante, debemos enfocarnos en fortalecer lo que tenemos, lo cual incluye la formación político-ideológica de la militancia; dirigir un esfuerzo concentrado a organizar y educar al proletariado y diversificar la resistencia expandiéndola a otros sectores de la sociedad que nos permitan romper el cerco político.
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