Partido Comunista
Poema de Pablo Neruda
Ése fue su nombre.
Fue grande la lucha. Cayeron
como buitres los dueños del oro.
Combatieron con la calumnia.
"Este Partido Comunista
está pagado por el Perú,
por Bolivia, por extranjeros".
Cayeron sobre las imprentas,
adquiridas gota por gota
con sudor de los combatientes,
y las atacaron quebrándolas,
quemándolas, desparramando
la tipografía del pueblo.
Entonces,
los empresarios
norteamericanos e ingleses,
sus abogados, senadores,
sus diputados, presidentes,
vertieron la sangre en la arena,
acorralaron, amarraron,
asesinaron nuestra estirpe,
dejaron junto a los senderos
de la inmensa pampa amarilla
cruces de obreros fusilados,
cadáveres amontonados
en los repliegues de la arena.
Una
vez, en la costa,
hicieron venir a los hombres
que pedían escuela y pan.
Allí confundidos, cercados
en un patio, los dispusieron para la muerte.
Dispararon
con silbante ametralladora,
con fusiles tácticamente
dispuestos, sobre el hacinado
montón de dormidos obreros.
La sangre llenó como un río
la arena pálida,
y allí está la sangre caída,
ardiendo aún sobre los años
como una corola implacable.
Pero
sobrevivió la resistencia.
La luz organizada por las manos, las banderas rojas
fueron desde las minas a los pueblos,
fueron a las ciudades y a los surcos,
rodaron con las ruedas ferroviarias,
asumieron las bases del cemento,
ganaron calles, plazas, fábricas abrumadas por el polvo,
llagas cubiertas por la primavera:
todo cantó y luchó para vencer
en la unidad del tiempo que amanece.
Cuánto
ha pasado desde entonces.
Cuánta sangre sobre la sangre,
cuántas luchas sobre la tierra.
Horas de espléndida conquista,
triunfos ganados gota a gota,
calles amargas, derrotadas,
zonas oscuras como túneles,
traiciones que parecían
cortar la vida con su filo,
represiones armadas de odio,
coronadas militarmente.
Parecía
hundirse la tierra.
Pero la
lucha permanece.
HUMOR
La lucha permanece.
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