viernes, 31 de enero de 2014

Opinión invitada

Los retos del liderazgo de la clase trabajadora en la República Dominicana


Camarada Gabriel Bonilla García, obrero residente en El Bronx, Nueva York.





En el seno de la clase obrera de nuestro país existe subyacente un gran potencial de lucha revolucionaria. Pero es necesario poner en moción iniciativas de organización alrededor de un programa político-revolucionario con un cambio en el modo de propagar nuestras ideas hacia las masas proletarias. La radicalización ideológica de ciertos trabajadores es inminentemente necesaria en orden de obtener resultados dentro del campo organizativo y  en el terreno táctico. Estos dos elementos combinados pudieran ser el motor de un movimiento político, que aunque en miniatura, se filtre entre las masas de trabajadores en procura del reclutamiento de muchos jóvenes que están ávidos de lucha política.

Tenemos un panorama favorable y el terreno es fértil. Los trabajadores nos enfrentamos a desastrosas condiciones de vida si somos desempleados y generalmente a la miseria salarial de quienes conseguimos una jornada laboral. Son palpables los ataques de los patronos contra los derechos sindicales de los Obreros. Somos testigos y cargamos con el peso de las imposiciones fiscales por parte del gobierno contra los proletarios. Observamos indignados, los desenlaces de toda investigación criminal sobre actos de extorsión desde las cúpulas del Estado; y para cerrar vemos cómo se extingue el movimiento político de la Izquierda tradicional, que cada día se aleja más de las prioridades fundamentales que son las tareas organizativas y la propagación de las concepciones ideológicas que atañen a nuestra clase, empañando con ello, su existencia ante el grueso de las masas proletarias y de los trabajadores campesinos.

El Dardo.

La explicación de las condiciones sociopolíticas actuales es el dardo: el uso de la ciencia marxista. Las condiciones existentes reflejan una alienación profunda en el espíritu de las masas, que en su gran mayoría simpatizan o se hallan organizadas en los grandes partidos de la burguesía—PRD, PLD, PRSC—. Sin embargo, no puede ignorarse el descontento general de ellas ante la situación prevaleciente. La gran mayoría de los trabajadores no tienen alternativa en este preciso momento. El Estado ha sido capaz de imponerse a fuerza de la miseria del obrero quien se ve forzado a sucumbir ante sus necesidades personales inmediatas.

En países como la República Dominicana, la tarea principal de los Marxistas revolucionarios, es explicar la concepción ideológica y los intereses de clase dictadas en las políticas de Estado y aplicadas hacia el seno las masas oprimidas. Asumiendo esto como una tarea esencial, el dardo es el uso efectivo del reclutamiento de mujeres y hombres jóvenes en aras de que obtengan una educación ideológica que infle su pensamiento hacia una concepción de clase del mismo tras dilucidar los embates de la explotación y de hecho, sus vicisitudes individuales. El reclutamiento de elementos de nuestra clase social a las ideas del Marxismo revolucionario es el ingrediente principal para la creación de los cuadros del Partido obrero. La lucha por una Organización Revolucionaria de Trabajadores, se halla íntimamente ligada a la educación ideológica de sus miembros y simpatizantes. La burguesía no descansa reclutando y educando a sus súbditos; la clase dominante recluta en las escuelas a quienes han de garantizar la estabilidad de los mecanismos de su dominio contra la mayoría a través de la ciencia, la tecnología, la ingeniería, la mecánica, las fuerzas y cuerpos amados y la política. Nosotros tenemos que hacer lo mismo: educar ideológicamente a todos quienes buscan respuestas a los males sociales que padecen ellos y la especie humana.
¡Proletarios de todos los países, uníos!


chisparrevolucionaria@gmail.com

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