El proceso mundial
evidencia la crisis crónica del imperialismo, el genocidio empobrecedor impone una vida miserable; la crisis norteamericana se agudiza porque su mundo unipolar y
el dólar pierden fuerza; los imperios se aglutinan para aplastar países y
pueblos que poseen riquezas naturales, como la riqueza dominicana; EE.UU insiste en el control de la isla Hispaniola. El dominio imperialista se incrementa en el país con las visitas
coloniales de los opresores, estas visitas demostraron la cobardía y el
entreguismo de la corporación delincuente del PLD. Danilo, el nuevo lacayo
colonial, tiembla y obedece con las visitas del embajador, del vicepresidente y
del secretario general de la ONU.
Los factores internos como las más de diecisiete demandas nacionales que exigen las comunidades y las organizaciones populares del país, no son parte
del programa mínimo de las izquierdas, son adornos y rellenos; no son planes
comunitarios permanentes para organizar, educar, agitar y elevar la conciencia
de los explotados y las explotadas que sufren la exclusión social, que impone
el bloque dominante.
El amorfo ultra-izquierdismo trabaja en la posposición y/o negación de
las tareas del proletariado y el bloque oprimido. Los ultra-izquierdistas
mesiánicos, el derechismo electoralista y la línea tercerista de viejos
oportunistas, trazan políticas unilaterales, reduccionistas, desarrollando
prácticas políticas que sustituyen el accionar de las masas. Los representantes
de políticas unilaterales, sustitutas de las masas, posponen y relegan las tareas
políticas de la clase obrera, limitan su táctica política: a) acumular fuerzas con la reduccionista política de Loma Miranda y al aventurerismo caótico del
foquismo social urbano; el electoralismo derechista conciliador no profundiza
la lucha de clases en la sociedad dominicana.
A los amorfos de la ideología pequeña burguesa, la dispersión y la
visión de vanguardia redentora, no les permite trabajar y unirse al pueblo, no
organizan el pensamiento social, y por ser caóticos, no tienen coherencia en
la práctica política. Y más, las cúpulas inmediatistas imponen decisiones
políticas entronizando tragedias como: el voluntarismo y el populismo caótico en las luchas aventureras, poseídos del idealismo mesiánico,
acompañado del engendro burgués autoritario y caudillista.
Los mesías ultra-izquierdistas proclaman su posición sobre la vanguardia
política militarista, la que empequeñece las tareas políticas del proletariado
y del bloque explotado; para esa militancia, basta el método foquista social
urbano para derrotar a la oligarquía conservadora del PLD, sustituyendo así, el
papel de las masas, las que no han dejado de luchar en el proceso histórico
social dominicano.
El derechismo electoralista limita la política en creer que ganarán las
votaciones del 2016; la línea tercerista sustenta políticas en buscar la nueva
patria. Estas posiciones ignoran las más de 17 demandas exigidas en las calles,
estas luchas no cuentan con dirección como sucedió en abril del 1984; eligiendo
las escarpadas montañas de Miranda, ocultando la agitación del programa en el
seno del pueblo.
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