viernes, 25 de julio de 2014

El problema de las tareas políticas

El proceso mundial evidencia la crisis crónica del imperialismo, el genocidio empobrecedor impone una vida miserable; la crisis norteamericana se agudiza porque su mundo unipolar y el dólar pierden fuerza; los imperios se aglutinan para aplastar países y pueblos que poseen riquezas naturales, como la riqueza dominicana; EE.UU insiste en el control de la isla Hispaniola. El dominio imperialista se incrementa en el país con las visitas coloniales de los opresores, estas visitas demostraron la cobardía y el entreguismo de la corporación delincuente del PLD. Danilo, el nuevo lacayo colonial, tiembla y obedece con las visitas del embajador, del vicepresidente y del secretario  general de la ONU.

Los factores internos como las más de diecisiete demandas nacionales que exigen las comunidades y las organizaciones populares del país, no son parte del programa mínimo de las izquierdas, son adornos y rellenos; no son planes comunitarios permanentes para organizar, educar, agitar y elevar la conciencia de los explotados y las explotadas que sufren la exclusión social, que impone el bloque dominante.

El amorfo ultra-izquierdismo trabaja en la posposición y/o negación de las tareas del proletariado y el bloque oprimido. Los ultra-izquierdistas mesiánicos, el derechismo electoralista y la línea tercerista de viejos oportunistas, trazan políticas unilaterales, reduccionistas, desarrollando prácticas políticas que sustituyen el accionar de las masas. Los representantes de políticas unilaterales, sustitutas de las masas, posponen y relegan las tareas políticas de la clase obrera, limitan su táctica política: a) acumular fuerzas con la reduccionista política de Loma Miranda y al aventurerismo caótico del foquismo social urbano; el electoralismo derechista conciliador no profundiza la lucha de clases en la sociedad dominicana.

A los amorfos de la ideología pequeña burguesa, la dispersión y la visión de vanguardia redentora, no les permite trabajar y unirse al pueblo, no organizan el pensamiento social, y por ser caóticos, no tienen coherencia en la práctica política. Y más, las cúpulas inmediatistas imponen decisiones políticas entronizando tragedias como: el voluntarismo y el populismo caótico en las luchas aventureras, poseídos del idealismo mesiánico, acompañado del engendro burgués autoritario y caudillista.

Los mesías ultra-izquierdistas proclaman su posición sobre la vanguardia política militarista, la que empequeñece las tareas políticas del proletariado y del bloque explotado; para esa militancia, basta el método foquista social urbano para derrotar a la oligarquía conservadora del PLD, sustituyendo así, el papel de las masas, las que no han dejado de luchar en el proceso histórico social dominicano.

El derechismo electoralista limita la política en creer que ganarán las votaciones del 2016; la línea tercerista sustenta políticas en buscar la nueva patria. Estas posiciones ignoran las más de 17 demandas exigidas en las calles, estas luchas no cuentan con dirección como sucedió en abril del 1984; eligiendo las escarpadas montañas de Miranda, ocultando la agitación del programa en el seno del pueblo.

La corriente marxista revolucionaria trabaja por la unión del movimiento obrero y de las masas oprimidas, con el socialismo, señalando al movimiento obrero, al calor de la lucha de clases, cuál debe ser su tarea política: la formación del partido de la clase obrera. Nos hemos empoderado del combate de las ideas en lo político ideológico, comprometido con el pensamiento crítico marxista y el aporte del desarrollo científico; al contrario, la amorfa concepción de vanguardia mesiánica y caótica, distrae y reduce las luchas sociales al método foquista social urbano, siendo sus fracasos tragedias en la historia dominicana.

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