viernes, 25 de julio de 2014

La construcción de un partido revolucionario en RD


No puede haber revolución en una sociedad históricamente determinada, al menos en la sociedad humana actual, sin un núcleo de mujeres y hombres que orienten el accionar de las masas oprimidas, hacia la materialización de objetivos estratégicos que hagan posible esa transformación revolucionaria, es decir, no puede haber revolución sin un partido revolucionario.

Un partido revolucionario no puede construirse  más que alimentándose de la clase que, en la sociedad en la cual existe ese partido, constituya la clase revolucionaria.

Es alrededor del partido revolucionario, construido sobre la base de la clase revolucionaria, que se han de agrupar las clases explotadas y las masas oprimidas de esa sociedad, para, juntas, enfrentar y derrotar a la clase o bloque de clases opresoras y construir la nueva sociedad.


La construcción del partido revolucionario, el partido de la clase revolucionaria, es, por lo tanto, la tarea principal  y más urgente de toda mujer y todo hombre que se considere como tal.

Debemos tener claro que no se puede construir un partido revolucionario con elementos no revolucionarios, esto es,  no se puede construir un partido revolucionario con mujeres y hombres provenientes de clases no revolucionarias en esa sociedad históricamente determinada, pues sus intereses estratégicos de clase, chocarían con los intereses estratégicos de la revolución, contaminándola y desviándola.


En el partido revolucionario puede haber elementos de clases no revolucionarias, pero como excepción, no como regla, como elementos aislados y no como mayoría de su militancia y/o dirección: la clase revolucionaria debe ser la mayoritaria y dirigente en el partido revolucionario.

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