Este Primero de mayo encuentra a la clase
asalariada en el país sumida en una profunda debilidad: desinformada, dispersa y
desorganizada, El Primero de mayo encuentra a la clase asalariada en República
Dominicana profundamente débil: desinformada, dispersa, desorganizada, con
apenas un 5 % de sindicalización.
Entre tanto, las organizaciones políticas de
izquierda en República Dominicana están como dice el pueblo, en todas menos en
misa, en todo menos en organizar y educar a la clase obrera que debe servir como
base a la sociedad socialista por construir la cual, dicen luchar.
Mientras eso sucede, la burguesía y el
gobierno preparan una reforma al Código de Trabajo Dominicano que pretende
devolvernos al siglo XIX en materia de derechos laborales.
El CONEP y COPARDOM promueven una reforma
laboral de 35 puntos, de los cuales 25 son para desmontar o limitar derechos
adquiridos de la clase asalariada en el país, entre ellos: extender la semana
laboral de 44 a 48 horas, limitar la cesantía a un máximo de tres años y sólo
aplicable después de 6 meses de trabajo continuo, igual para el preaviso,
flexibilizar el despido de las trabajadoras embarazadas, extender el período de
prueba de 90 días a 6 meses, entre otras.
Karl Marx decía que la clase obrera llega a
la lucha de clases con un factor decisivo a su favor: su cantidad, es decir, el
proletariado es abrumadoramente más numeroso que sus enemigos de clase, la
burguesía y sus aliados. Pero para que la cantidad se convierta realmente en un
factor útil en la lucha de clases, es indispensable que sea complementada con
la unidad entre las personas explotadas y oprimidas, y esa unidad debe darse en
el marco de una amplia organización que permita articular esas masas bajo un
programa revolucionario común que le sirva de bandera en el combate contra la
explotación y opresión existentes. Unión, organización y lucha, debe ser la
consigna.
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