Ahora que ya pasó el ruido electoral
en el país, es el momento oportuno para enfocarnos en el trabajo de educación y
construcción con fines estratégicos.
No puede haber proceso de
transformación estructural de una sociedad históricamente determinada si no se
involucra en esa tarea a los sujetos que deben materializar esos cambios.
Las tareas del momento deben ser
aquellas que nos acerquen a esas personas que son los sujetos del cambio, articulándolas y organizándolas en torno a
sus intereses reales, sean estos materiales o inmateriales, con una visión estratégica
que deje al descubierto los choques entre esos intereses y la actual organización
social vigente.
Es necesario retomar la visión
clasista en la lucha política por cambios estructurales, privilegiando la tarea
de organización de la clase revolucionaria, que en la sociedad capitalista, es la clase
asalariada, tanto por sus reivindicaciones inmediatas como por los objetivos
estratégicos en la lucha por el socialismo.
A la par con la organización y
educación política de la clase asalariada, se requiere organizar a los demás
sectores sociales que de una u otra forma entran en contradicción con las
estructuras sociales vigentes.
Tenemos que enfocar el trabajo en
organizar y articular a las mujeres en torno a sus intereses de género poniendo
de manifiesto los vínculos entre el sistema social, político y económico
existente y la estructura patriarcal de la sociedad.
Necesitamos darnos a la tarea de articular y organizar
desde sus intereses sectoriales a las
minorías oprimidas en nuestra sociedad actual: inmigrantes, dominico-haitianos,
personas LGTB, personas con capacidades especiales, envejecientes, entre otras,
y articular sus demandas a la lucha estratégica por la transformación estructural
de nuestra sociedad.
Retomar el trabajo de organización de
las personas marginadas y empobrecidas desde lo territorial por medio de las
movimientos de pobladores en nuestros barrios y comunidades rurales y
articulándolo con la lucha por el cambio social.
Asumir la lucha en defensa del medio
ambiente desde una perspectiva homocéntrica que la despoje del aire religioso
que le imprime la visión biocéntrica, y vinculándola al bienestar material
colectivo para que pueda ser entendida y defendida masivamente.
Desarrollar una consciente, paciente y
perseverante labor de combate ideológico de las ideas de la clase dominante y
de promoción y difusión de las ideas revolucionarias por medio de artículos,
ensayos, estudios y una amplia labor cultural que resalte los valores de
solidaridad e ideas afines al bienestar colectivo.
Si nos enfocamos en estas tareas,
iremos ampliando la base social de las fuerzas del cambio y cambiando la
correlación de fuerzas a favor del proyecto revolucionario, ganando pequeñas
batallas que irán allanando el camino que permita la transformación revolucionaria
de nuestra sociedad.
¡Manos a la obra! La clase asalariada y
sectores oprimidos no tenemos nada que perder en la lucha revolucionaria, y
tenemos sin embargo, un mundo que ganar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario