domingo, 12 de junio de 2016

Las tareas del momento

Ahora que ya pasó el ruido electoral en el país, es el momento oportuno para enfocarnos en el trabajo de educación y construcción con fines estratégicos.

No puede haber proceso de transformación estructural de una sociedad históricamente determinada si no se involucra en esa tarea a los sujetos que deben materializar esos cambios.

Las tareas del momento deben ser aquellas que nos acerquen a esas personas que son los sujetos del cambio,  articulándolas y organizándolas en torno a sus intereses reales, sean estos materiales o inmateriales, con una visión estratégica que deje al descubierto los choques entre esos intereses y la actual organización social vigente.

Es necesario retomar la visión clasista en la lucha política por cambios estructurales, privilegiando la tarea de organización de la clase revolucionaria,  que en la sociedad capitalista, es la clase asalariada, tanto por sus reivindicaciones inmediatas como por los objetivos estratégicos en la lucha por el socialismo.

A la par con la organización y educación política de la clase asalariada, se requiere organizar a los demás sectores sociales que de una u otra forma entran en contradicción con las estructuras sociales vigentes.

Tenemos que enfocar el trabajo en organizar y articular a las mujeres en torno a sus intereses de género poniendo de manifiesto los vínculos entre el sistema social, político y económico existente y la estructura patriarcal de la sociedad.

Necesitamos  darnos a la tarea de articular y organizar desde sus intereses sectoriales  a las minorías oprimidas en nuestra sociedad actual: inmigrantes, dominico-haitianos, personas LGTB, personas con capacidades especiales, envejecientes, entre otras, y articular sus demandas a la lucha estratégica por la transformación estructural de nuestra sociedad.

Retomar el trabajo de organización de las personas marginadas y empobrecidas desde lo territorial por medio de las movimientos de pobladores en nuestros barrios y comunidades rurales y articulándolo con la lucha por el cambio social.

Asumir la lucha en defensa del medio ambiente desde una perspectiva homocéntrica que la despoje del aire religioso que le imprime la visión biocéntrica, y vinculándola al bienestar material colectivo para que pueda ser entendida y defendida masivamente.

Desarrollar una consciente, paciente y perseverante labor de combate ideológico de las ideas de la clase dominante y de promoción y difusión de las ideas revolucionarias por medio de artículos, ensayos, estudios y una amplia labor cultural que resalte los valores de solidaridad e ideas afines al bienestar colectivo.

Si nos enfocamos en estas tareas, iremos ampliando la base social de las fuerzas del cambio y cambiando la correlación de fuerzas a favor del proyecto revolucionario, ganando pequeñas batallas que irán allanando el camino que permita la transformación revolucionaria de nuestra sociedad.


¡Manos a la obra! La clase asalariada y sectores oprimidos no tenemos nada que perder en la lucha revolucionaria, y tenemos sin embargo, un mundo que ganar.

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