En RD la oposición sólo puede avanzar políticamente cuestionando al sistema

La oposición política en República Dominicana no da pie con bola, va de fracaso en fracaso: ha sido derrotada en los gremios, en la opinión pública, antes durante y después de las elecciones.

Mientras a la oposición nada parece salirle bien, al oficialismo se le despejan los nubarrones por sí solos (no sin ayuda de la oposición con sus reiteradas torpezas y falta de visión).

A estas alturas del juego el PLD parece políticamente inderrotable, y en cierto modo lo es, tanto por su abrumador triunfo electoral reciente como por la agresividad con que inició la continuación de su mandatoo de casi dos décadas haciendo el mejor gobierno sistémico en más de un siglo: está desarrollando políticas públicas que están impactando a sectores importantes de la población e impulsando una serie de reformas que facilitarán su continuidad en el poder y le atraerán lealtades en segmentos importantes de la población.

Eso lo hace un administrador eficiente y conveniente para la clase dominante y para prolongar el actual sistema de explotación y opresión vigente.

No parece probable que nadie, desde la simple alternancia dentro del sistema, esté en condiciones de superar al PLD ofreciendo hacer mejor lo que éste está haciendo de manera aceptable, la única posibilidad de competir con éxito contra el PLD y de derrotarlo, es desde el cuestionamiento del sistema como un todo, llevándolo a pelear en un terreno incómodo y en el que sus ataduras con los poderes fácticos lo pondrían en evidencia ante las masas y socavarían  sus simpatías y lealtades entre los sectores explotados y oprimidos.

 Es a ese terreno al cual debemos llevar al PLD en la lucha política, pero ello no se puede lograr bajo las direcciones opositoras existentes. Es necesario construir otra oposición, militante, contestataria, propositiva y revolucionaria.