martes, 2 de agosto de 2016

El aborto: una decisión que sólo compete a las mujeres

El tema del aborto es uno de eso temas controversiales que suelen abordarse con mucha pasión por las personas de una u otra opinión, casi siempre desde una perspectiva ideológica, ya sea religiosa o política.

El trato que se le da a este tema desde el Estado dominicano está claramente influenciado por la ideología religiosa predominante y refleja el poder que durante siglos ha tenido la iglesia católica en los asuntos públicos, y en la actualidad, por la emergente influencia de las iglesias evangélicas.


El tema aborto es un asunto de salud pública, sin dudas, pues cientos de vidas se pierden anualmente por la interrupción inadecuada de embarazos no deseados, además de situaciones en que el embarazo mismo pone en peligro la vida de la madre.

Pero nuestra opinión es que el aborto es un asunto esencialmente moral pues implica algo tan vital como la posibilidad de una persona poder decidir que hacer sobre algo que afectará su vida física  y como integrante de la sociedad.

La decisión sobre algo que sólo afectará a la persona que lo experimenta y que no implica daño alguno a terceros ni a la sociedad, debe recaer sobre esa persona y sobre nadie más.
Bajo ninguna excusa debe la sociedad imponer a sus integrantes decisiones que impacten únicamente la vida de una persona determinada.

En el caso del aborto, es la mujer que experimenta un embarazo quien debe decir de acuerdo a sus concepciones morales y la conveniencia de acuerdo a su plan de vida si lleva hasta el fin o no un embarazo.

El derecho de las mujeres a decir si interrumpen o no un embarazo, por las razones que sean, no implica que obligación de abortar para todas las mujeres embarazadas. La actual penalización del aborto, por el contrario, sí obliga a concluir un embarazo a todas las mujeres, lo deseen o no, les convenga o no.

Siendo así, el actual ordenamiento jurídico impone a las mujeres una decisión de índole moral que no compete más que a las mujeres que experimenten o podrían experimentar un embarazo.


Desde el Partido Comunista apoyamos el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos y propugnamos por un orden social que respete la libertad de las personas a decir por si mismas sobre aquellos aspectos de su vida que no impliquen daños a terceros.

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